jueves, octubre 29, 2009

Anécdota

Un compañero me platicó que fué a un lugar para que le dieran un masaje, pero resulta que la chica que lo atendió, le estaba metiendo una amasada como si fuera a preparar tamales, motivo por el cual mi compañero le reclamó a la chica, que lo estaba dejando más fregado de lo que andaba. La chica detiene inmediatamente la amasada y le dice un tanto molesta: "Yo no soy masajista", mi compañero responde: ¿Entonces, qué sabes hacer?...Mmmm.. ¡Otras cosas que te gustarían!...Bueno, pues ¡¡Preste!! Fué un masaje con final felíz.

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lunes, octubre 26, 2009

Siempre hay una luz al final del tunel

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